Estoy rodeada de muros
desde pequeña me dijeron cómo tenía que ser,
buena , educada, mujer gitana, madre.
Pero nadie me dijo
qué tenía que hacer cuando me despreciaran.
Entré en el redil como todos,
¿cómo convivir si no entras?.
La mujer no puede tener amigos,
el payo es un ogro feroz que hace daño al pueblo gitano,
mi ghetto, mi apartheid, mi cultura,
hasta mi forma de pensar.
Todo ya estaba estipulado, todo...todo..
Pero ¡que sorpresa!,
de pronto se caen las vendas
que cubren el rostro en la madurez,
y ves mas claro que nunca,
que todos somos personas con sentimietos, dolor,
hambre de ilusión, con ganas de vivir la vida a tope.
Ser una misma, no los demas, ni el que dirán.
Cada dia, tienes que abrir los ojos
para poder ver los colores,
hablar para conocer a todos los que te rodean,
aprender porque todos ... todos te enseñan.
No quiero muros a mi alrededor
que aten mis manos esclavas de mi historia,
los estereotipos, los perjuicios, los tiro hoy por el balcón.
Hoy abrazo con cariño y amor mi boligrafo
y este álbido papel, y te digo a ti que me lees
¡rompo los muros!.
